lunes, 1 de diciembre de 2014

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Por eso nada mas conocerle, le dije que no me creyese, que jamás confiase en mi. Como vi que no me hacía ni caso, pase al siguiente nivel. Le amenacé, le dije que si se enamoraba de mí sólo íbamos a sufrir los dos. Que el amor sólo dura tres años. Y a mi cinco, como mucho. Que todas las relaciones que había tenido las había acabado yo y después habían acabado conmigo. Que yo no estaba en un momento para sentir nada por nadie. Que sólo sería disfrutarnos juntos. Que nos acompañásemos en soledad. Y acabé preguntándole si quería que su soledad acompañase a la mía.

Y me dijo que sí.

¡Salud y libertad!