viernes, 1 de enero de 2016

Quedan avisados:

Todo lo que me gustaría pedir es imposible de envolver, rodear con un gran lazo rojo y poner debajo de cualquier árbol.

Porque lo que me gustaría pedir es que todos los relojes del mundo se pararan por un segundo y las pantallas se apagasen para poder mirarnos a los ojos y sonreírnos y decirnos todo lo que nos esta estallando por dentro.

Toda esa dinamita que no nos deja bailar con la vida y nos obliga a cronometrar lo tarde que llegamos al trabajo, lo que marcan las cuentas en el banco, cada atraco que no hemos planeado a la boca de quien nos hizo salir un día de una bancarrota de esperanzas.

Si pudiera, haría soñar una gran orquesta que inundara con música todo el mundo para enseñarles a los niños que existe la magia, para enseñarles a sus padres que deberían olvidarse de buscar el truco, que no hay truco, que, a veces, la vida nos atropella, nos dispara, nos deja arañando las aceras de las calles en busca de un resquicio de ilusión...

Pero que también es bonita, que merece todo la pena.

Que por esos momentos en los que suena tu canción favorita en la radio, o tu amigo te espera con una cerveza en el bar de siempre, esos momentos en los que la ves reírse como si le diera todo igual o ese maldito instante en el que el te mira y hace derrumbar tus muros.

Aquella noche en la que te pareció que podrías conquistar el mundo... La mañana en la que juraste que jamás volverías a beber... El peor error de tu vida, esa vez que te empeñaste en convertirte de una vez por todas en acierto.

El vestido mas bonito que has tenido, el partido en el garito de siempre. Ver a tu pequeño guerrero convertirse en adulto, ver a tus abuelos celebrar su setenta aniversario brindando con un vaso de leche...

Todo, escúchame, todo merece la pena.

Merece la pena romperse la falda para luchar contra un mundo que, a veces, es tan injusto, pero que no para de girar al rededor del sol para que no olvidemos lo bonito que es bailar al rededor de quien te da luz, calor, vida.

Se que lo que pido es imposible de envolver, pero eso no hace que sea algo necesariamente imposible.

Me van a perdonar por no poner nombre, ni dirección del emisor pero es que este año he encontrado demasiados lugares hogar y demasiadas personas refugio.

Y, con respecto a mi, sigo descubriendo lo que soy pero sigo teniendo claro que es lo que quiero ser: feliz.

Y tu deberías serlo también, porque un año mas, una vez mas, nos lo merecemos.




 ¡Salud y libertad!

sábado, 7 de noviembre de 2015

El hambre no entiende de prima de riesgo.

Sería muy fácil ponerme frente a este papel y hablar de lo mal que está el mundo, pero después de meditar un buen rato solo he conseguido llegar a una conclusión: mi vida es un privilegio. La vida es un privilegio, no nos estamos dando cuenta, y, mucho menos, lo estamos valorando.

Es muy fácil dar la calderilla de nuestras carteras a ese que toca la guitarra en la calle, y podría animar a cualquier persona a que lo haga, pero no debes sentirte bien, ya que es muy fácil darle a alguien una moneda de cobre cuando vivimos en un mundo de sobres.

El mundo está enfermo y mientras tanto nosotros pensamos que merecemos una medalla por compartir en cualquier red social una foto que hable de la violencia de género o el hambre en el mundo, cuando somos nosotros mismos los que estamos haciendo enfermar al planeta y a sus gentes.

Tenemos que darnos cuenta de que este cambio que tanto y tantos necesitamos tiene que empezar ya. Todavía recuerdo como a los diez años mis amigas dejaban sus equipos de deporte para no verse masculinas, a los quince, mis amigos chicos no eran capaces de expresar un sentimiento y a los dieciocho, si no tenías novio y te gustaba muchos salir eras una buscona. Es muy duro vivir condicionada. Es muy duro darte cuenta de que por ser mujer vas a tener menos posibilidades y un futuro más negro que el de cualquier otro hombre. Pero es que por mucho que se hagan campañas las cosas no cambian y año tras año al ver las estadísticas nos asustamos y nos preguntamos, ¿Por qué? ¿Por qué un hombre gana más que una mujer teniendo el mismo empleo? ¿Por qué en países denominados “tercermundistas” las mujeres solo sirven para la casa y para criar, además jugándose la vida en ello? ¿Por qué las niñas en algunos países no pueden tener una educación mínima? O algo tan sencillo como que por qué asumimos que si la que conduce el coche que va delante es una mujer va a tardar mucho más en aparcar.

Porque mientras sigamos centrados en que nos diferenciamos hombres y mujeres las cosas no van a cambiar, porque si los hombres no tuvieran que ser agresivos para ser aceptados las mujeres no estarían obligadas a ser sumisas.

Y es que, mientras sigamos dividiéndonos en primer, tercer o cuarto mundo seguiremos olvidándonos de que en realidad todos vivimos en este mundo enfermo, y entre otras muchas cosas, todos somos responsables de hacer posible este cambio ya que somos los únicos que podemos hacerlo posible.

Mi vida es un privilegio, al igual que la de todos, supongo. Lo justo sería que todos pudiéramos disfrutarla en las mismas condiciones, dando igual la zona en la que hayamos nacido, dando igual nuestro sexo; porque no existe primer o tercer mundo, existen vidas, y nos estamos olvidando de que eso es lo único importante.

Sólo tenemos una vida, sintámonos orgullosos intentando que todos podamos sentirnos privilegiados.

¡Salud y libertad!

lunes, 6 de julio de 2015

¿Hope?

Creo que la mayor parte de mi vida he sido una persona valiente. O al menos así me consideraba.

He sido valiente porque yo decidí que quería y debía serlo porque creía (y a ratos sigo creyendo) que los cobardes no tienen cabida en este mundo.

Pero últimamente no me dejáis ser valiente.

Y estoy empezando a dudar de si podré seguir siéndolo, ya me empiezan a temblar las piernas cada vez más a menudo...

He perdido la fe. La fe en la humanidad. Ya no creo, y los únicos que a veces me hacen resurgir un poco de estas cenizas son los que comparten mis mismos apellidos, pero cada vez creo menos.

Cada vez creo menos y de forma equivalente cada vez me siento mas sola. Porque verdaderamente salgo a la calle y todo el mundo me da asco, TODO. Y esa esperanza que tenía hace unos años de que lo bueno está por llegar... Aunque sea triste, ha desaparecido. Porque ya no creo ni tengo esperanzas, ni espero, ni busco, ni deseo una amistad o tan solo una persona que no me falle.

Ya no.

Ya no espero nada de nadie.

Y de verdad he intentado ser valiente y no tener miedos toda mi vida, y a veces no se si se apodera de mi el miedo (a la soledad, por ejemplo) o sencillamente ya asumo (y a veces prefiero) estar sola en este mundo en el que así me siento.

¡Salud y libertad!

jueves, 16 de abril de 2015

Ceniza.

Se de sobra que no soy la mejor persona del mundo. Puede que sea porque no he encontrado personas a las que querer parecerme.

Tengo mis calientes y mis fríos, y cuando lo hago mal lo hago muy mal, pero joder ¿No dicen que si quieres a una persona la quieres con sus defectos y manías? Todo el mundo te quiere cuando solo enseñas tu cara A pero uno de mis grandes defectos es que mi cara B normalmente me tira más.

En realidad no me gusta la persona que soy, no me gusta tener esta coraza pero luego sonreír cuando me dicen algo que no me gusta y en cambio ser hiriente con las personas que me tratan bien. Tengo miedo, desconfío por naturaleza. Cuanto mas dejes entrar a una persona en tu vida mas fácil le será destruirte.

Pero por mucho que me digo cambia a la hora de la verdad lo olvido y ese escudo se pone delante de mi y en realidad... ¡Joder, en realidad yo no soy así! No era así. (Y no quiero seguir siendo así)

A veces me gustaría irme. Escapar. Fumo y la ceniza vuela y a veces me gustaría ser ceniza y que una ráfaga de aire fuera la que decidiera mi camino. Otras veces miro por la ventana, lejos, mas lejos y todavía mas lejos aún... Y sólo veo hélices y camiones pasar, ni si quiera diferencio sus colores pero solo pienso en que quiero ir allí y no volver.

Tengo ganas de irme y poder ser otra, emprender mi camino, poder ser yo en realidad, sin miedo, sin coraza, sin escudo. Poder ser yo, la yo de antes.

¡Salud y libertad!

Que las musas te pillen trabajando...



Creo que nunca he sentido que pertenezco a un lugar.

Miento; pertenezco a los brazos de mi abuelo, los besos de mi madre, las sonrisas cómplices de mi hermano... Pero no por vivir aquí pertenezco a mi casa. Al menos yo no me siento así.

A veces me siento parte de sitios en los que ni siquiera he estado, o poco, y me hace sentir mal porque en realidad no es así y ahí es cuando me doy cuenta de que no tengo "patria", no tengo hogar.

Pero pese a que esto no es lo único que echo en falta en mi persona soy fuerte, me he hecho fuerte, con el paso del tiempo.

Me encanta mirar hacia atrás y ver que aunque todo parece que sigue igual en realidad todo a cambiado, y echo de menos tantas cosas... ¿Dónde se quedaron los días en los que mi familia era un circulo sin fín? Y ahora, como en un big bang cada uno somos un punto efímero y solitario en el universo, cerca de los otros puntos con los que convive porque no queda otra opción ¿Dónde están los días en los que deseaba que mi hermano hiciera su vida lejos? Y ahora, ¿ahora que? Ahora me doy cuenta de que yo no puedo hacer la mía sin él. Todo me gustaba mas cuando mi abuelo podía beber un vaso de vino a la hora de comer... Ojalá pudiera volver atrás con todo lo que se ahora, cambiar todo lo que de aquella se llevaba mi tiempo, mis pensamientos, mis preocupaciones cuando en realidad no se los merecía.

Pero en ocasiones sigo siendo así, siempre he sido de causas perdidas, supongo.

Sigo preocupándome de personas y cosas que no merecen la pena. Quizá lo mio sea eso, que mi forma de ser sea así y que por mucho que yo me diga que no, seguiré auntoengañándome siempre, porque soy así. Porque por mucho que yo intente afianzarme una idea en la cabeza siempre hay algo que me tira a hacer justo lo contrario (y además en el momento menos indicado) Mientras que otras es lo contrario, cuando debería hacer algo me callo o me quedo quieta. Y no se que es lo peor de las dos, ni lo que me impulsa a ser así. Llamémoslo corazón.


¡Salud y libertad!

lunes, 1 de diciembre de 2014

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Por eso nada mas conocerle, le dije que no me creyese, que jamás confiase en mi. Como vi que no me hacía ni caso, pase al siguiente nivel. Le amenacé, le dije que si se enamoraba de mí sólo íbamos a sufrir los dos. Que el amor sólo dura tres años. Y a mi cinco, como mucho. Que todas las relaciones que había tenido las había acabado yo y después habían acabado conmigo. Que yo no estaba en un momento para sentir nada por nadie. Que sólo sería disfrutarnos juntos. Que nos acompañásemos en soledad. Y acabé preguntándole si quería que su soledad acompañase a la mía.

Y me dijo que sí.

¡Salud y libertad!

jueves, 16 de octubre de 2014

Hamor.

A mi. ¿A mi me vas a hablar de amor? Yo que en un acto de fe perdoné lo imperdonable, me sequé las lágrimas hasta convertirlas en sonrisa y seguí mi camino sin mirar atrás. A mi tú no puedes hablarme de amor, no puedes. Al menos no deberías tener el privilegio de hacerlo. Quizás la vergüenza siempre ha sido una XS en la magnitud de tu conciencia y por eso lo haces.

Deja que sea yo la que te explique qué es el amor. Y si después de leer esto quieres seguir pensando como piensas, de acuerdo. Pero no cuentes conmigo.

El amor es el hoy, no el mañana. Es el ahora, el presente, el instante en que me miras a los ojos (o me tocas el culo). En el amor no hay excusas, ni miramientos. No existen los “luegos” ni los “ya iremos” o “ya haremos”. No valen los pretéritos imperfectos ni la sombra del pasado haciendo eco y mucho ruido en el presente. El amor es quererte, aceparte. Con tus mil defectos y mil virtudes. Es el equilibrio perfecto entre tú y yo. Entre el espejo y tú. Entre tú y el mundo. El amor son esos cajones vacíos que esperan con ansias llenarse de nuevos recuerdos, de cartas aún por escribir y de fotos de lugares y momentos improvisados. Es la canción del invierno y el abrazo del verano. El amor es el todos los días, es el ser mejor persona y hacer todo lo posible sin esfuerzo, para que tu pareja sea feliz. No es imposición ni desgana. No es obligación y una hora que determina el aburrido cucú que siempre marca las seis de la tarde.

El amor no entiende de mentiras, de matices imperfectos o de prosas inconexas. El amor no llega tarde, no se olvida de los cumpleaños ni de tu cita con el dentista .El amor no son segundas oportunidades. Con una ya tienes bastante.

No es un sábado a destiempo ni un “te prometo que lo haré”. El amor no exige de cambios, los cambios ya vienen dados. No es la espera continuada de una transformación pedida a gritos. No es un juego de sábanas de tres. O de cuatro. El amor no es lo que muchas parejas tienen hoy en día. No es un “lo siento, no volverá a pasar”. No es un “no llores más mi amor, te prometo que te compensaré”. ¡No joder! Eso no es amor.

Porque amor se escribe con hache. Hache de HECHOS. El amor es el hecho constante de saber que estás ahí, de que nunca podrías fallarme y si lo haces yo te perdonaría. Es el hecho constante de mis buenos días y mis buenas noches. Es el respeto, la dedicación y la paciencia. Es el hecho constante del interés. El abrazo sincero y la mirada que nunca me abandona. Es el escudo que me protege de los bichos y bichas. Es el hecho agradecido de mi dedicación por ti. Es saber darme mi lugar y mi espacio y de sentirte afortunado por tenerme a tu lado.


El amor es felicidad, no un nudo constante en la garganta. Es el “no te cambio por ninguna” y el querer contar arrugas a tu lado. Es preocupación a veces pero no puede superar nunca las ganas de reír, reír y reír. El amor es ese beso, ese olor, es eso que tú tienes y nadie más. Es el mejor sexo del mundo. Es el estar por encima de la envidia. O por debajo. Da igual, mientras no estés en ella todo irá bien. Es la distensión amena de tu compañía, el secreto que me confesaste mientras dormías y el brazo que me lleva a urgencias cuando no puedo mantenerme en pie. Es el apunte de mis descuidos, mi mejor amigo y mi mejor compañero de vida. De esta vida al menos. De las otras, ya veremos.

Porque ¿Sabes qué te digo? Las poesías para los poetas, las promesas para los mentirosos y los hechos para los que de verdad se quieren.

¡Salud y libertad!