¡Salud y libertad!
lunes, 13 de enero de 2014
Compartiendo cicatrices.
Busco consuelo, ¡Y no lo obtengo! A veces las noches son tan frías... Creo que me he acabado congelando, que estoy tan rota que puedo cortarte. Nadie lo sabe. Nadie sabe como somos en realidad por dentro, sangre, tripas, huesos y, en algunos casos, un pequeño corazón. Y ya sabes lo que dicen "el dolor de tripa lo tengo yo, no tu" y quizás para mi nunca pruebes el verdadero dolor porque no has probado el mío y, ¿Qué ganamos compartiéndolo? No quiero compartir mi dolor ni saber a que saben tus entrañas. No quiero saber cómo eres por dentro porque quizás estés tan podrido como yo. No gano nada. No. Es imposible que estés tan podrido como yo. No has probado mi dolor.
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